Kawaguchi es una ciudad al norte de Tokio y el lugar de emplazamiento de numerosas pequeñas fábricas conocidas en Japón como Machi-kōba. En estas fábricas los trabajadores fabrican productos de todo tipo, desde objetos de uso corriente hasta bienes industriales. Las fábricas tienen un objetivo en común: superar su imagen polvorienta y mostrar su oficio. Y es que, a menudo, los vecinos no saben qué se hace en las naves de producción. Para cambiar esta situación, las Machi-kōba de Kawaguchi abren sus fábricas a los habitantes de la ciudad. Durante los Open Factory Events, cada visitante puede hacerse una idea y descubrir qué productos se fabrican en su población.
También Ryuichi Yoshida abre las puertas de su fábrica estos días. Lleva doce años siendo presidente de la empresa industrial japonesa KANEYOSHI Co. En su nave de producción, los visitantes pueden maravillarse con un producto muy especial.
Arte sobre tres patas
Normalmente KANEYOSHI suministra diferentes componentes industriales a diversos sectores, desde la industria alimentaria hasta la tecnología médica. La empresa se ha especializado en las técnicas de fabricación del plegado y la soldadura y trabaja, para ello, con máquinas TRUMPF. Sin embargo, desde hace algún tiempo de estas máquinas también sale algo diferente: el diseñador japonés Kazuhito Ishida está creando una obra de arte en la nave de producción de KANEYOSHI con una finalidad muy especial. "Gracias a la empresa KANEYOSHI transformo tecnologías abstractas en una pieza de mobiliario doméstico. De este modo, las personas pueden disfrutar de cerca de la belleza del metal y comprender el trabajo de artesanía que hay detrás", así describe Ishida su idea. Esta pieza de mobiliario se trata de una silla denominada "Orisu".
De una pieza de chapa a una obra de arte
KANEYOSHI fabrica el diseño de Ishida con máquinas TRUMPF de forma ventajosa: "En las máquinas de TRUMPF puedo aplicar diferentes procedimientos de producción en muy poco tiempo. De este modo, puedo fabricar el producto más rápidamente", declara Yoshida. La fabricación de la silla muestra lo que la empresa KANEYOSHI puede llegar a conseguir: en primer lugar, los láseres cortan componentes uniformes a partir de chapas metálicas. Plegados en los lugares adecuados y soldados entre sí, estos componentes forman finalmente el objeto acabado, como las piezas de un rompecabezas. El diseñador y Yoshida seleccionan el material con una intención concreta: "A diferencia de los productos de madera, las chapas metálicas tienen la ventaja de que su resistencia puede aumentarse simplemente plegándolas. Por este motivo, no necesitamos ningún componente adicional para el montaje de la silla, ahorrando además en material y peso", explica Ishida.
Yoshida está satisfecho con las nuevas perspectivas
El presidente de KANEYOSHI, Ryuichi Yoshida, conoce a su socio desde hace tiempo: "En mi época de estudiante participé en un proyecto de una escuela de diseño. Kazuhito fue mi profesor", relata Yoshida. Este encuentro explica que hoy en día Yoshida colabore en un proyecto artístico del diseñador Ishida. La colaboración con el diseñador ha transformado el trabajo de Yoshida: "Por lo general, suministramos componentes. Fabricar un producto final ha transformado mi perspectiva. Ahora me pongo en el lugar de las personas que acaban utilizando el producto".
Yoshida le ha cogido gusto: ya ha empezado a trabajar con Ishida en proyectos nuevos. A Ishida también le hace ilusión: "Nos conocemos desde hace mucho tiempo. Ryuichi entiende lo que pienso y siempre estamos de acuerdo. Espero que nuestra colaboración siga forjando muchas más obras en el futuro".
Una ciudad en transformación
Yoshida no es el único que ha aterrizado en Kawaguchi por el arte: cada año, las fábricas organizan el festival de arte Kawaguchi Machi-kōba Art Festival, cuyo director desde el año pasado es Kazuhito Ishida. En el festival se exponen diferentes obras de arte que se han producido en colaboración entre las fábricas y los diseñadores. "El arte enriquece la vida de las personas. Quizás no sea esencial para la supervivencia en vista de la crisis actual, pero siempre consigue despertar una sonrisa en el rostro de las personas", comenta Ishida. Así, la ciudad japonesa de Kawaguchi está experimentando una transformación especial: de clásica ciudad industrial con una imagen polvorienta a un lugar para el diseño y el arte; un lugar donde la gente acude para sentirse como en casa.
La empresa industrial japonesa KANEYOSHI Co. suministra desde 1953 componentes industriales a más de 1500 clientes de diferentes ámbitos, desde la industria alimentaria hasta la tecnología médica. Esta empresa tradicional se ha especializado en las técnicas de fabricación del plegado y la soldadura y trabaja, para ello, con máquinas TRUMPF. KANEYOSHI se caracteriza por satisfacer los deseos individuales de sus clientes y por producir tanto para clientes privados como para grandes clientes. Ryuichi Yoshida (a la izquierda en la imagen) es, desde hace 12 años, el presidente de la empresa. En su nave de producción hay actualmente 14 máquinas TRUMPF, entre ellas cinco máquinas de corte por láser y cinco máquinas de plegado. En total, la empresa da trabajo a 45 personas (a fecha de 2022).