Los aparatos médicos implantables, como los marcapasos, constan de componentes diminutos y componentes eléctricos sensibles. Tienen que funcionar a la perfección en el cuerpo humano y no deben causar ningún daño. Están sujetos a una gran cantidad de requisitos técnicos y, por lo tanto, plantean grandes exigencias a los procesos e instalaciones de producción: como los componentes utilizados son a menudo muy delicados y los pasos de producción muy complejos, muchos fabricantes confían en el trabajo manual para montar los implantes. Por un lado, esto es problemático porque cada vez es más difícil encontrar empleados cualificados. Por otro lado, dificulta la expansión de la producción, especialmente con plantas de producción adicionales. Además, los fabricantes están obligados a documentar todos los pasos de la producción de forma trazable.
Dado que los aparatos médicos implantables son vitales para muchas personas, es necesario que estén disponibles en cantidad suficiente. Para garantizarlo, las plantas de producción deben funcionar de forma fiable, tener un tiempo de duración de la avería mínimo y permitir un servicio (mantenimiento) rápido. En este contexto, es cada vez más importante que las capacidades y la tecnología de producción puedan ampliarse con los componentes necesarios del sistema de forma modular, de modo que puedan utilizarse de forma flexible para diversos productos.