Que Cherimel Philippines Inc. se halla en la senda del crecimiento se aprecia ya al acceder al aparcamiento de la empresa. Muchos de sus trabajadores ya están en sus puestos de trabajo tras haber aparcado sus vehículos delante de las puertas metálicas de cuatro metros que dan acceso a la planta de producción. Cherimel tiene su sede principal en Caloocan, una ciudad al norte del área metropolitana de la capital Manila. Árboles de gran altura se mecen sobre los muros exteriores de las instalaciones de la empresa y una exuberante vegetación llena los espacios abiertos entre los edificios. La placa de la empresa está rodeada por una celosía de macetas con helechos, palmeras y otras plantas, un bello trabajo en metal realizado por los propios Nathaniel y Andrew Cu. "Ese fue el primer láser que tuvimos, una máquina de tres kilovatios", comenta Nathaniel Cu y muestra una TruLaser 3030 situada justo detrás de las puertas metálicas. Este láser marcará el inicio de la evolución de Cherimel hacia una empresa de alta tecnología que está a la altura de cualquier trabajo de mecanizado en metal y que supone, también, la entrada de TRUMPF en el mercado filipino.
Toma su nombre de las hijas del fundador
Nathaniel y Andrew Cu son la tercera generación familiar que dirige Cherimel. La dirección de la empresa está en sus manos desde 2010, su padre Jeffrey Cu es el presidente de la misma desde 1994. Sin embargo, los orígenes de Cherimel se remontan al año 1950, cuando su abuelo, Paul Eiaw, funda la Cherimel Manufacturing Corp. No fue hasta 1994 cuando al hacerse cargo de la empresa, Jeffrey Cu decide modificar el nombre por Cherimel Philippines Inc. Sin embargo, sigue manteniendo la primera palabra, Cherimel, formada a partir del nombre de las hijas de su suegro, Cherie y Nellie. "Nuestro abuelo decidió no corregir el error de las autoridades registrales que, en lugar de una «n» escribieron una «m»", señala Nathaniel Cu.
A lo largo de los años, cada generación de la familia ha dejado su propia huella en la empresa. El abuelo de Nathaniel y Andrew Cu quizás fuera más conocido por ser el primero en el mundo en producir clips de oficina y las esbeltas patas metálicas de las antiguas máquinas de coser Singer. Pero también le encantaba fabricar sus propios gatos para vehículos. "A nuestro abuelo le encantaba fabricar cosas que nadie más quería hacer", recuerda Nathaniel Cu. También fue el primero en fabricar piezas de chapa punzonadas para el sector de las motocicletas, entre las que se encuentran las placas metálicas con el número de identificación del vehículo (VIN) y el nombre del modelo. Su padre, Jeffrey Cu, hizo crecer la empresa: a comienzos de los 2000 trasladó la sede de la empresa al nuevo emplazamiento en Caloocan y amplió la cartera de productos con clientes del sector de la automoción.
El lema de la empresa es "Cherimel lo hace", un reflejo de hasta qué punto se esfuerza por satisfacer las necesidades de sus clientes. En lugar de centrarse en un sector o grupo de productos específico, la familia Cu decidió seguir siendo lo más ágil y versátil posible y apostar por el crecimiento. Hoy en día, la empresa da trabajo a 90 personas. Cuando Jeffrey Cu se hizo cargo de la empresa en 1994 ni siquiera llegaban a los 30. "Cuando cogí el timón, mi objetivo era convertirnos en una empresa de producción de alta tecnología", afirma Nathaniel Cu. En aquellos momentos, Cherimel sólo podía plegar y punzonar chapas, pero no cortarlas. "Como teníamos dificultades para satisfacer las peticiones de algunos clientes, necesitábamos un láser de manera imperiosa", explica Nathaniel Cu. En 2015 adquirió una TruLaser 3030. En enero de 2016, la máquina empezó a cortar las primeras piezas de chapa. En aquella época, la demanda de artículos punzonados empezaba a disminuir, por lo que era el momento exacto para transformar la producción de la empresa desde la base.
Un sector pionero en Filipinas
A comienzos del siglo XXI, TRUMPF no había accedido aún al mercado filipino. Muchas empresas locales colaboraban con otros fabricantes. TRUMPF no contaba con ningún equipo de técnicos de servicio en el país y tampoco Cherimel tenía a la empresa alemana de alta tecnología en su radar. Sin embargo, hoy las cosas han cambiado. Un pasillo verde discurre por los 5000 metros cuadrados de la nave de producción, donde esperan armarios de metal listos para su expedición, carcasas para cajeros automáticos y vitrinas de color rojo y amarillo para una conocida cadena de comida rápida. Las máquinas se alinean en perfecto estado de revista entre los productos acabados: tres TruLaser 3030 con potencias de tres, seis y diez kilovatios, dos TruPunch 5000, una TruBend Center 5030, una TruBend 3100 y una TruBend 7036. Asimismo, para febrero de 2024 TRUMPF suministrará una TruBend 5170.
En un espacio de tiempo de ocho años, Cherimel ha ido adquiriendo una nueva máquina TRUMPF cada año. Esta transformación coherente en empresa tecnológica le permite asumir encargos cada vez más complejos. Mientras su abuelo fabricaba productos para la industria de las motocicletas y su padre se concentraba en la industria automovilística, hoy en día los dos hermanos Cu están centrados en abrir nuevos mercados. Cherimel cuenta con certificación ISO y AS por lo que está perfectamente preparada para suministrar al sector aeroespacial. En su moderna planta, además de piezas para chasis de camiones, la empresa también fabrica piezas de carrocería. A la vista de este campo de actividad tan amplio, el espacio en la planta es cada vez más escaso.
Siguiente paso: la Smart Factory
El siguiente objetivo de los hermanos Cu es su conversión en una Smart Factory. Nathaniel Cu lo tiene claro: "La digitalización es la clave para una mayor eficiencia. Nuestra visión consiste en crear un sistema eficiente sin papel para nuestros proveedores y clientes". También en este caso echan mano de TRUMPF: el software Oseon permite adoptar el siguiente paso hacia un mecanizado de chapa completamente automatizado. "Queremos crear una empresa ágil con capacidades ilimitadas, que aproveche los recursos de un modo mucho más eficiente. Así, podremos ofrecer a nuestros clientes un proceso de producción aún más sostenible", señala Nathaniel Cu.
El padre de Andrew y Nathaniel Cu era un ingeniero eléctrico con una visión, alguien que creía en productos reutilizables que se pudieran reciclar y utilizar una y otra vez. Los hermanos están decididos a proseguir con esta visión, cuya esencia recogió su padre en el logotipo de la empresa. En medio de varias jardineras a la entrada de la nave de producción cuelga el logotipo de Cherimel cortado en chapa: en él se aprecia una rueda dentada con un corazón en el centro protegido por un anillo de nueve rayos de sol. En la religión y la mitología el nueve representa la culminación y la satisfacción. Y eso es Cherimel, una empresa que trabaja para sus clientes.