Berthold Leibinger nació en Stuttgart el 26 de noviembre de 1930, hijo de un mecánico quirúrgico y una comerciante de antigüedades de Asia Oriental.
La vida de Berthold Leibinger: una restrospectiva desde cuatro ángulos
Talento en ingeniería, disposición a asumir riesgos, cosmopolitismo: muchos de sus contemporáneos describen estas cualidades de Berthold Leibinger como la fórmula de su éxito personal y del ascenso de TRUMPF para convertirse en el líder mundial del mercado en ingeniería mecánica y tecnología láser.
Con sus continuas ganas de probar algo completamente nuevo, Leibinger hizo de TRUMPF un garante de la innovación durante más de cinco décadas. A ello no solo le ayudó su disciplina de trabajo, marcada por su educación protestante-pietista en Korntal, sino también su amor por la tecnología y su cosmopolitismo, recibidos también de sus padres. Su padre, un mecánico quirúrgico formado, provenía de una familia con raíces en la tecnología médica, su madre tenía una tienda de Asia oriental en Stuttgart. Así, Leibinger se aventuró desde muy temprano al extranjero para impulsar de forma independiente importantes avances tecnológicos en el desarrollo de su empresa y convertir a TRUMPF en un actor global. Berthold Leibinger tiene tres hijos con su esposa Doris. En 2005 cedió la presidencia de la dirección a su hija Nicola Leibinger-Kammüller, y su hijo Peter Leibinger se convirtió en vicepresidente. La hija menor, Regine Leibinger, dirige el estudio de arquitectura Barkow Leibinger en Berlín. Berthold Leibinger no solo fue un talentoso empresario e ingeniero con una constante voluntad de cambio, sino también una persona de la vida pública, que siempre ha iluminado sus acciones con su contribución social y cultural. En esta página encontrará un resumen de sus influencias, sus invenciones más importantes y sus decisiones empresariales, así como su trabajo en los negocios, la política y la empresa.
"La curiosidad como estado inicial"
Infancia, hogar familiar y educación: Berthold Leibinger y sus primeras influencias
El ingenio y el talento para la ingeniería de Leibinger como garantía de innovación en el mecanizado de chapa
Internacionalización, independencia, proximidad al cliente: los principios empresariales de Leibinger como impulso para el desarrollo de TRUMPF
Después de su estancia en América, Leibinger se convirtió en jefe del departamento de diseño de Weilimdorf en 1961, que en ese momento contaba con siete empleados. En este puesto, realizó muchos diseños nuevos e importantes que llevaron a rediseñar por completo el programa de productos de TRUMPF y que constituyeron la base para el posterior crecimiento. De 1966 a 1978, Leibinger fue director técnico y socio. Durante este tiempo, él y su socio Hugo Schwarz avanzaron consistentemente en la internacionalización de la empresa, fundaron filiales en Suiza, entre otros países, así como sus propias compañías de ventas y servicios en muchos de los principales mercados europeos. Hoy en día, la proximidad al cliente sigue siendo uno de los pilares más importantes del éxito de TRUMPF. En 1969, Leibinger inauguró la primera planta de producción extranjera de TRUMPF fuera de Europa. En Farmington (Connecticut), en la costa este, consiguió el establecimiento temprano de TRUMPF en los Estados Unidos. Desde aquel momento, el mercado mundial de máquinas-herramienta quedó dominado. Después de China, EE. UU. sigue siendo hoy en día el mayor mercado exterior de TRUMPF fuera de Europa.
Desde su trabajo de fin de grado, Leibinger ha sido titular de varias patentes sobre sus invenciones. Con sus ganancias adquirió las acciones de la compañía paso a paso. En 1978, Leibinger poseía la mayoría de las acciones de TRUMPF a la edad de 48 años. En 1978 Leibinger asumió la presidencia de la dirección y TRUMPF superó por primera vez la marca de ventas de 100 millones de marcos alemanes. Hasta el traspaso de la dirección en 2005, Leibinger convirtió a TRUMPF en una empresa global con unas ventas de 1400 millones de euros y unos 6000 empleados. En 2005, a la edad de 75 años, Leibinger decidió, después de 40 años en la dirección, ceder el liderazgo a la siguiente generación. Su hija, Nicola Leibinger-Kammüller, se convirtió en presidenta del consejo de administración y su hijo, Peter Leibinger, en vicepresidente. Berthold Leibinger asumió la presidencia del consejo de supervisión, que mantuvo hasta 2012.
Mecenas y figura pública: el trabajo de Leibinger fuera de las fronteras de la empresa
Durante su vida, Leibinger llevó a cabo muchas tareas honoríficas en el campo de la política de asociaciones. Fue presidente de la Cámara de Industria y Comercio de Mittlerer Neckar (ahora Stuttgart) y presidente de la Federación Alemana de Ingeniería (Verband Deutscher Maschinen- und Anlagenbau e.V., VDMA). De 1995 a 1998, Leibinger también fue miembro del Consejo de Investigación, Tecnología e Innovación de la Cancillería Federal.
Los logros de Leibinger en la ingeniería han recibido innumerables reconocimientos. En 1990, a petición de la Facultad de Ingeniería de Diseño y Producción, la Universidad de Stuttgart le otorgó el título de "Doctor Ingeniero Honoris Causa". En septiembre de 2014, recibió el Premio de Ingeniería de Aquisgrán de la Universidad de Aquisgrán y de la ciudad de Aquisgrán. La Fundación Werner-von-Siemens-Ring le otorgó el premio tecnológico alemán más importante en 2006.
En 2006, el Presidente Federal le otorgó la Gran Cruz del Mérito con la Estrella de la Orden del Mérito de la República Federal de Alemania. En abril de 2016, Su Majestad el Emperador de Japón le concedió la "Orden del Sol Naciente con cinta de cuello, Rayos de Oro", presentada por el Embajador de Japón, Takeshi Yagi, en septiembre de 2016 en Berlín.
Leibinger también estuvo activo en el campo cultural y social durante muchas décadas. Fue presidente del círculo de amigos del Archivo Literario Alemán de Marbach (Deutschen Literaturarchivs Marbach e.V.) y, de 1989 a 2015, presidente de la junta directiva de la Internationalen Bachakademie. En 2005, Leibinger y otros ocho líderes empresariales fundaron la Wissensfabrik, una iniciativa empresarial para promover la educación y el espíritu empresarial en Alemania.
Leibinger participó activamente en numerosos órganos de supervisión de sociedades anónimas alemanas. De 1999 a 2003, presidió el consejo de supervisión de BASF AG y fue miembro de los consejos de supervisión de BMW AG y Deutsche Bank AG.
En 1992 Leibinger creó la Fundación Berthold Leibinger, sin ánimo de lucro, que hasta el día de hoy dedica sus ingresos exclusivamente a fines culturales, científicos, eclesiásticos y caritativos. Desde el año 2000 concede el premio a la innovación Berthold Leibinger Innovationspreis, reconocido internacionalmente, y desde 2006 el premio Berthold Leibinger Zukunftspreis para la tecnología láser aplicada.