"No somos solo colegas, somos como una familia" Al preguntarle qué hace falta para su trabajo en TRUMPF, respondió espontáneamente: "¡Curiosidad! Siempre hay que tener curiosidad y no tener miedo de las cosas nuevas". Por cierto, ya no se puede imaginar a ningún otro empleador que no sea TRUMPF: "somos como una familia".
Jie Xia, técnico de servicio en la planta TRUMPF de Ditzingen, conoce muchas culturas interesantes gracias a su trabajo.
Cuando un cliente pide una máquina a TRUMPF espera que funcione a la perfección. De eso precisamente se encarga Jie Xia. Desde 2015 trabaja en el Application Center de las oficinas de Ditzingen en TRUMPF. Desde ellas se dedica a viajar por todo el mundo adaptando máquinas a las necesidades de sus clientes, instalando programas de software e impartiendo cursos de formación.
Una maleta llena de grandes planes
La carrera de Jie Xia empezó en una fábrica de Shanghái. Por aquel entonces soñaba con trabajar como miembro del servicio técnico. Nunca se habría imaginado que hoy iba a poder estar casi cada día en un país diferente.
No dudó ni un segundo cuando decidió salir de su país y venir a trabajar a Alemania. Sus compañeros le han sido de gran ayuda para aclimatarse a este país y superar el choque cultural entre las culturas alemana y china. Sin embargo, pronto volvió a China para atender a uno de sus clientes. Un fabricante de aviones tenía una serie de peticiones especiales para un sistema de soldadura por láser para cortar y soldar chapas de aviones. Jie Xia desarrolló una solución especial y la instaló.
Ganas de desafíos
Hoy EE. UU., mañana Hungría... Jie Xia adora conocer diferentes culturas, aunque ello requiera mucho valor y sea cada vez un nuevo desafío. En TRUMPF tiene prácticamente cada día la opción de vivir nuevas experiencias. Lo que más valora de su trabajo es la libertad y la confianza que la empresa ha depositado en él. Y saber que siempre puede preguntarles a sus superiores lo que necesite. Las cosas que en su momento le parecieron grandes obstáculos como las barreras idiomáticas y culturales son hoy en día insignificantes, sobre todo gracias a la ayuda de sus compañeros.