En el centro de la Industria 4.0 se sitúa la interconexión digital en red, que mediante la informatización de la técnica de fabricación y el desarrollo de plataformas comerciales digitales brinda un enorme potencial de incremento de la flexibilidad y la productividad. Conecta diversos componentes dentro de un sistema de producción y más allá de este. La fábrica del futuro optimiza los procedimientos de forma sostenida y acorta drásticamente los procesos.

¿Qué ventajas concretas aporta una Smart Factory? Gracias a la interconexión en red inteligente, el proceso de producción se vuelve transparente. Esto permite a los mecanizadores de chapa saber qué está pasando en todo momento y mejorar su planificación. Se optimizan los procesos indirectos. Los explotadores de una fábrica digital producen con mayor rapidez y flexibilidad, y adquieren un mayor control sobre sus procesos. Esto supone una ventaja decisiva, sobre todo cuando se manejan tamaños de lote reducidos. La base para la comunicación de la Smart Factory es el «Internet de las cosas» (IoT por sus siglas en inglés), donde todo se comunica con todo. El producto comunica a la fábrica inteligente la información necesaria para la producción.

Dependiendo de su situación, los clientes de Smart Factory obtienen soluciones diseñadas a medida en tres pasos: desde el comienzo sencillo, pasando por la adaptación gradual, hasta la interconexión completa. Con independencia del punto en que se encuentren los clientes, la meta del camino hacia la Smart Factory completamente interconectada está clara: lograr que el proceso global sea más transparente, más flexible y, sobre todo, más rentable.